La calle agranda la minúscula importancia que las aulas dan al teatro
El teatro celebra estos días su semana. Éste parece no ser el hijo favorito de las artes en España, al menos en los centros educativos. Comenzando por la educación primaria, por lo esencial de los seres, por el motor de los humanos, vemos como desde pequeños pasa sin pena ni gloria por nuestra formación académica. Literatura, Plástica y Música se ven anexionadas desde nuestra obtención del uso de la razón a la enseñanza de los más jóvenes. Además, otra vertiente artística y cultural, como es el cine, se presenta por muchos docentes como uno de sus principales ases para exponer conocimientos. Ya sea en asignaturas de Historia, Filosofía o Religión, entre otras, se recurre a sus filmes para hacer más práctica la teoría.
Pero, ¿qué sucede con el teatro? Éste aparece en ramas de la literatura como análisis y conocimiento de algunas de las representaciones que se hicieron por vía de las historias redactadas. También en alguna esporádica excursión para “visitar” grandes taquillas comerciales o, lo que es peor, para ver clásicas obras no adaptadas a un público infantil de las cuales lo único que despertará en ellos será el sueño en lugar del interés.
Sin embargo, el teatro es uno de los recursos más recurrentes a la hora de la organización de actividades por parte de los centros. Entonces, ¿por qué se da la espalda a una creatividad en el sistema educativo a la cual luego se recurre constantemente para besarle el trasero?
Los medios empoderan al teatro
El teatro continúa acaparando la atención de los medios, dentro de lo que los pequeños espacios físicos y digitales le dejan. Los principales diarios españoles como son El País, La Vanguardia, ABC o La Razón incluyen en sus secciones de cultura un espacio dedicado exclusivamente al teatro, al igual que ocurriría con el cine o la música. Internet está plagado de noticias relacionadas con este arte. Más de 6.700.000 resultados encontramos en el buscador de Google al buscar noticias con el término “teatro”, solo por detrás de otras ramas culturales como la música y el cine.
El teatro se mantiene vivo a pesar de su alta tasa de desempleo entre sus trabajadores y del aumento de las series y el cine, las cuales se podrían considerar su gran competencia. Aun en tiempos crisis, incrementó su asistencia según los datos del Instituto Nacional de Estadística de los últimos estudios del 2015, bajando a su vez la asistencia a otros espectáculos como el circo.
Ticketea analiza los hábitos de consumo que se muestran positivos para el sector
Por motivo de la semana del Teatro, la cual se celebrará del 17 al 27 de marzo este año, Ticketea estudió en 2017 los hábitos de los asistentes. Del total de personas entrevistadas, el 90% habían asistido durante el último año a un espectáculo teatral o de artes escénicas. Tan solo el 10% no acudió debido al precio (34% de los encuestados), falta de tiempo (29%) o desinterés por las obras del momento (22%). Otro de los datos significativos de esta investigación fue que el 62% reconoce que van más al teatro que antes. El teatro de gran formato domina con el 57% de los encuestados, pero el 34% los encuestados que acuden con más frecuencia a obras independientes.
La asiduidad más repetida de asistencia es una vez cada tres meses con el 60% de los encuestados. El 27% reconoce ir una vez al mes y tan solo el 3% destaca por ir todas las semanas. EL dinero es uno de los puntos clave para asistir a los teatros. Entre los 21 y 30 euros, los 11 y 20€ y los 31 y 50€ son los precios que más suelen invertir los asistentes al mes.
Otra de las conclusiones más destacadas de este estudio es la opinión de los espectadores de las artes escénicas en España. El 74% considera que la oferta en España es buena y de calidad. El 88% creen que el nivel de los profesionales del teatro es alto. Entre las dos conclusiones negativas nos encontramos que el 77% piensa que las instituciones públicas deberían apoyarlas más y para el 56% el precio de las entradas es muy alto.
Entre tanto positivismo, los intérpretes se apagan en un sector que paulatinamente se ilumina
A pesar de esta mejora de las artes escénicas, resultan alarmantes las cifras de los trabajadores. Según el Estudio y diagnóstico sobre la situación sociolaboral de actores y bailarines de España de la Fundación AISGE, el 73% de los actores españoles no pueden vivir de su trabajo. Solo ocho de cada cien actores ingresan más de 12 mil euros anuales por ejercer su profesión. Del total de actores y bailarines, más de la mitad no superan los 3.000 euros anuales. El 54% de los empleos no superaron los dos meses. Los trabajos sin contrato y dinero en negro prácticamente se doblan respecto a 2011 pasando de un 6.2% a un 11.7% en cinco años. Estas cifras dejan en una cuestionable rentabilidad el oficio de los intérpretes, debido a unos ingresos que los situarían en riesgo de pobreza.
Con todos estos datos entendemos que, a pesar de no disfrutar educativamente de tanto prestigio como otras ramas del arte, el teatro sigue siendo una de las principales actividades de ocio y cultura. Aunque el sistema educativo parezca mirar hacia otra esfera, cada vez es mayor el público asiduo a estas representaciones, el número de compañías, el gasto en cultura teatral por parte de la sociedad y el interés general, situaciones que desgraciada y paradójicamente no se reflejan en el bolsillo de los actores y bailarines. Por ello, podríamos confirmar que el teatro resucita como el Cristo lo hará en los próximos días, ya que son varios años continuados en el que las noticias positivas llegan a todas las butacas de nuestras salas, aunque realce secuelas en la mayoría de la economía de los intérpretes.
Sistema educativo, deja que el teatro monte numeritos en las aulas, porque el día de mañana lo hará en la calle.
