Desde Stonewall hacia los derechos LGTBI+
Cada vez son más los derechos de los que, gracias a la lucha, disfrutamos el colectivo LGTBI+. Paso a paso caminamos hacia una sociedad plural y diversa en personas pero igual en derechos, pero aún queda mucho para una utopía que años atrás hubiera sido impensable. Celebramos que la semana pasada la OMS (Organización Mundial de la Salud) despatologizara la transexualidad, dejando de considerarla una enfermedad mental. Esto puede hacer que nos olvidemos que estamos en 2018, y este hecho debería haber ocurrido antes. También este año la Unión Europea ha dado un paso adelante reconociendo los matrimonios entre personas del mismo sexo, obligando a países como Polonia, Croacia, Hungría o Bulgaría, entre otros, a permitir y legalizar el matrimonio homosexual. Todo esto se ha conseguido gracias a los gritos y la lucha de un colectivo que ha sido, y sigue siendo oprimido y acallado. La verdadera libertad tiene que estar en todos los lugares y llegar a todas las personas, y es necesario que cualquier miembro del colectivo LGTBI+ pueda serlo sin temor y con normalidad ante la sociedad.
La LGTBIfobia es algo real y latente, tanto en nuestro país o en nuestra cultura, como en otros países donde además es apoyado por los Estados. Sin ir más lejos, en pleno Mundial en Rusia los derechos LGTBI+ no han ganado ni un partido, y es que el país gobernado por Vladimir Putin es un referente en la represión de las personas del colectivo. Se cumplen cincos años de la opresiva Ley que salió adelante en Rusia, la cual prohibía la propaganda LGTBI+. Esto penalizó toda muestra pública a favor de los derechos del colectivo y de la propia muestra de la orientación sexual. Peor aún fue cuando en 2017 en Chechenia se llevó a cabo una total y absoluta purga. El acto provocó que se señalaran hombres homosexuales y bisexuales para secuestrarlos y después torturarlos por su orientación sexual. No hay que olvidar que el siguiente Mundial de Fútbol se va a celebrar en Qatar, que también es puntero en la persecución de homosexuales, llegando a estar penado con cárcel e incluso la muerte. Pero no son los únicos escándalos que se viven en pleno S. XXI: hace poco se vetó la representación del musical de Billy Elliot en Hungría por su contenido homosexual, en México se han asesinado dos activistas pro LGTBI+, y un largo etcétera de cruentos sucesos que han sucedido esta semana.
A estos países en vez de castigarles por inclumplir los derechos humanos se les premia, permitiéndoles celebrar Mundiales y otros grandes eventos con los que se enriquecen. Por esto es necesario seguir saliendo a las calles, porque los pasos llegan poco a poco y es necesario conseguir esos derechos que nos pertenecen por ser personas. Desde la masacre de Stonewall en 1969 salimos el 28 de Junio a la calle para protestar por las injusticias y reclamando lo que nos pertenece, y hasta que no consigamos dejar de lado la discriminación y alcancemos la igualdad, se seguirán llenando las calles de personas que luchan por sus derechos.
